Me he dado cuenta que tanto para los aspectos “positivos” o
“negativos” de mi vida me he puesto una
frontera para esquivar el pánico que
tengo de enfrentarme todos los días al sistema actual donde nuestro dios es el
dinero y yo tengo que conseguirlo para sobrevivir. Esa frontera es el
frenar/esquivar mi responsabilidad de cambiarme a mí misma, mi responsabilidad
de asumir que ninguna varita mágica llegará a hacer mis sueños realidad sólo
por desearlos. Pongo esa frontera como una victimización de pretexto y para decirme
a mí misma ”estás consumida dentro de este sistema, no puedes hacer nada porque
todo lo demás es inmensamente grande frente a ti que eres nada, que eres
pequeña contra todo eso aunque seas muy buena”. Y no es así, no soy buena ni
soy mala, soy esto que está aquí, soy vida, hago y haré lo que sea mejor para todos
como unidad que somos. Me he demostrado que cuando quiero algo, tengo un plan
para hacerlo, lo hago, encuentro soluciones; y sí, esas soluciones están dentro
del sistema también, pero se acomodan por leyes naturas cuando se trabaja muy
duro y cuando me dirijo a moverme para realizarlo en vez de quedarme
victimizada. Es así cuando las cosas me han funcionado, pero otras veces me
paralizo victimizándome y por supuesto es cuando no obtengo los resultados que
quiero. “A toda acción corresponde una reacción” y si no dirijo mi cuerpo una y
otra vez para que haya una solución claramente no habrá un resultado.
Me perdono a mí misma por haberme permitido y aceptado a mí
misma victimizarme como una excusa para eludir el pavor que tengo ante mi
responsabilidad de hacer mi vida de la manera en que deseo (no como energía
sino como un plan de vida que sea el mejor y tenga sustento para ejecutarse). Me
perdono a mí misma por haberme permitido y aceptado a mí misma victimizarme
para de huir de mi responsabilidad de saber y asumirme como la dirección de
cada paso que doy.
Me perdono a mí misma por haberme permitido y aceptado a mí
misma pensar que alguna fuerza sobrenatural llegará a hacer “mis sueños
realidad” en vez de dirigirme a cumplirlos yo misma así cuando las cosas que me
han servido las he realizado yo con estrategias y trabajo duro.
Cuando me vea a mí misma victimizarme y poner de excusa el
sistema aplastante que SIENTO contra mí para no asumir mi responsabilidad de
dirección de mí misma -porque nadie más cambiará mi vida-, me detengo y me
estabilizo en lo físico con el respiro.
Me comprometo conmigo misma a ejecutar, a dirigirme por
difícil que parezca o me lo crea, creando SIEMPRE soluciones de la manera que
he aprendido y que es mejor para todos porque esto además permite reflejarme
para/en/como y con los demás.
Me comprometo conmigo misma a parar el sentimiento de
victimización, a parar esa imagen de bondad que tengo sobre mi persona y a
detener la imagen de maldad que CREO de lo demás.
Me doy cuenta que nada es bueno y nada es malo y lo único que
me corresponde hacer con mi cuerpo es dirigirlo hacia lo que sea mejor para
todos, esto me incluye a mí, incluye lo que sé que es mejor para lo que vivo-experimento
a diario y mis decisiones para tener una vida digna levantados en y como el
principio de igualdad y unidad.
Me
comprometo conmigo misma a crearme a base de esfuerzo y de planes realistas la
vida digna que merezco no como algo que deba ganar sino como facultad de
simplemente existir.
Me
comprometo conmigo misma a recordar cómo he obtenido mis logros dentro del
sistema y no como él y seguir por esa misma línea (mejorándola también) que se
levanta a su vez en y como lo que es mejor para todos en lugar de victimizarme,
NEGARME y PARALIZARME como la sombra asustada
frente a su propio cuerpo.
Me
comprometo conmigo misma a no dejar de hacer lo que sé que es mejor para todos
y lo que sé que tendrá una proyección en mí misma y en los demás; sí, con esto
me refiero al arte. No dejaré de hacerlo por sentirme consumida por los demás,
porque la única que me consume soy yo misma.
Me
comprometo a vivir yo mi mensaje artístico y no sólo tratar de transmitirlo a
alguien más, sino hacerlo mío con mi cuerpo dirigido por mí misma.
Me
comprometo conmigo misma a no volver a parar, me comprometo a no volver a
estancarme, me comprometo a seguir una y otra vez y a apoyarme a mí misma en
vez de negarme lo que realmente es mejor para mí y en consecuencia para todos.
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