Cuando escucho, leo, veo que alguien toma o se droga siento enojo. Buscando en mis memorias encuentro a mi mamá hablando “mal” de la gente alcohólica, leyendo libros y libros sobre el tema asociados con la codependencia en las parejas.
Para mí, de
acuerdo a lo que he escuchado decir de mi mamá, exponer en conferencias,
escuchado en otra gente, de acuerdo a lo que he leído, visto, etc, etc; el
alcohol es símbolo de maldad, de impureza y más que el alcohol, las personas
que lo toman y que además se embriagan. Yo he querido siempre llevar una imagen
contraria, algo así como limpia y pura y me enojan las asociaciones que pueda
tener con el alcohol que manchen esa personalidad que me he creado.
En la
escuela en especial me enojaban de sobremanera las personas que me invitaban a
tomar y además quería mostrarles mi enojo hacia ellos y hacia el mismo alcohol
con una negativa totalmente desdeñosa, despectiva y llena de odio hacia sus
invitaciones. Lo cual también me hacía odiar a esas personas que me invitaban o
que sabía que tomaban… por supuesto era y es la mayoría, lo que me hace querer
vivir en una burbuja aislándome de la gente que considero impura, esto solamente
categorizándola como buena si no bebe y en extremo mala si lo hace o se ha
emborrachado/drogado al menos una vez en su vida (no tanto en mi familia que no
me incita a tomar pero sí en compañeros).
¿Qué pasa
entonces cuando alguna persona parece gustarme como amiga o con deseos
“románticos” y me doy cuenta que le gusta tomar? Me enojo mucho más. El enojo,
ahora que lo escribo, veo que puede ser contra mí misma primero y más que nada,
y quizá después contra la otra persona que al fin y al cabo sólo es un reflejo
de mí misma.
Comprendo
que el alcohol es una forma más de evadir la realidad y de tener miedo a
afrontar nuestra responsabilidad, hacia una vida que sea la mejor para todos.
Comprendo que así como hay alcohol/drogas/tabaco para este cometido hay también
deportes, sexo, relaciones, juegos, películas, música…entretenimiento en
general y que yo sobre todo he querido escapar con el arte. Lo cual no me hace
diferente ni exenta de los patrones del alcohol ¿Entonces por qué me enoja más?
Porque toda mi vida ha sido para mí más sonado el tabaco/alcohol/ drogas como
“son muy malas” y sí, gran abuso en el mundo es cometido principalmente por
esto, pero mi posición ante la realidad es algo que ya he perdonado sabiendo
que debo enfocarme en mi proceso y apoyar a los sistemas que propongan un
cambio factible hacia la igualdad y sin embargo el punto del alcohol me sigue
doliendo y enojando por mi necedad de querer mantener una imagen “limpia”, esta
imagen proyectada para los demás y para mí misma. Para esto encuentro la raíz
en simples personalidades, estándares sociales, sentimiento de justicia, de
orden y de perfeccionamiento que desde que recuerdo que he sentido. En base a
un carácter y criterio que he formado a lo largo de los años acompañada con
imágenes etc etc etc.
Incluso
ahora que escribo si sigo recordando a la gente joven que veo perdida en un
mundo de deseo por el alcohol y sexo me enojo.
Me perdono a
mí misma por haberme permitido y aceptado a mí misma sentir un enojo inmenso
hacia las personas que hayan tomado/fumado/ drogado con algo ilícito sin
considerar que yo tengo el mismo patrón de querer escapar de la realidad y de
mi responsabilidades a través del arte.
Me perdono a
mí misma por haberme permitido y aceptado a mí misma crear a través de
imágenes, palabras, noticias etc, una imagen de alcohol=maldad en vez de
permanecer en lo físico, enfocarme en mi proceso y dirigirme conforme a lo que
sea mejor para todos.
Me perdono a
mí misma por haberme permitido y aceptado a mí misma desear tener una imagen de
“pureza” y aborrecer al alcohol porque va en contra de esa imagen.
Me perdono a
mí misma por haberme permitido y aceptado a mí misma enojarme conmigo misma
porque me guste alguien que tiene esa imagen de maldad debido a que fuma/toma/se
droga.
Me perdono a
mí misma por haberme permitido y aceptado a mí misma desear tener el control de
la gente cercana a mí incitándola a que no tome para que mi imagen siga siendo
pura y porque creo que además que si la gente no tomara prácticamente la
injusticia del mundo estaría solucionada.
Me perdono a
mí misma por haberme permitido y aceptado a mí misma seguir el mismo patrón del
alcohol al desear desconectarme de la realidad a través del arte para olvidar
mi responsabilidad de contribuir a crear un mundo mejor a través de la
honestidad y mi dirección.
Cuando me
vea a mí misma enojarme, odiar o tener cualquier otra reacción (como hacia una
persona) ante la imagen del alcohol/tabaco/drogas ilícitas, me detengo y me
estabilizo en lo físico con el respiro.
Me doy
cuenta que la imagen de pureza que quiero conservar no corresponde a mis
principio prioritario de hacer lo mejor para todos puesto que es una
personalidad que me he creado y que trato a toda costa de cubrir y de seguir
alimentando, es decir me aferro al caos de la mente.
Me doy
cuenta que esa imagen diabólica del alcohol contraria a la imagen que quiero
proyectar de pureza que he permitido crear en la mente es la causa de mi odio
hacia prácticamente todas las personas y es la causa de mis deseos de querer
aislarme del mundo, de no querer tener amigos, relación de pareja, de no querer
interactuar y convivir con nadie.
Me doy
cuenta que lo opuesto a esa imagen de maldad para mí es el estudio y las
personalidades de inteligencia que reflejan pureza en mi mente y que ahora debo
verlas solamente como lo que son: una herramienta más útil en el viaje hacia la
vida.
Me comprometo conmigo
misma a detener el enojo, odio, el querer culpar a alguien más o cualquier otra
reacción hacia las personas que hayan tomado/fumado/ drogado con algo ilícito.
Me comprometo conmigo
misma a dejar de querer escapar de la realidad a través del arte.
Me comprometo conmigo
misma a dejar de tener una imagen del alcohol/cigarros/drogas ilícitas o las
personas que lo ingieren como algo malo y considerarlo como el problema real
que nos afecta a todos y la manera en que se puede corregir/prevenir
enfocándome en mi proceso y apoyando a los sistemas económicos que se basen en
el principio de lo que sea mejor para todos en igualdad.
Me comprometo conmigo
misma a parar el hambre de libros, y personalidades de inteligencia como lo
contrario a la imagen mala del alcohol y verlo como en realidad son:
herramientas útiles en el viaje hacia la vida. Sin caer en personalidades o
cualquier otra cuestión que alimente el caos de la mente.
Me comprometo conmigo
misma a dejar de categorizar a la gente como buena o mala dependiendo si
toma/fuma/se droga y ver a su vez la realidad como proceso de cambio individual
que he aprendido en Desteni donde sólo me corresponde corregir mi propio camino
sin controlar lo que hace o no hace la demás gente.
Me comprometo conmigo
misma a recordar que el problema del mundo no sólo es el alcohol/tabaco/drogas
ilícitas y que hay mucho por hacer en un sistema económico y en mi proceso
individual.
Me comprometo conmigo
misma a parar mis deseos de aislarme del mundo porque odio el comportamiento de
la gente. En este caso teniendo como raíz la imagen de “impureza” por consumir
alcohol/tabaco/drogas ilícitas.
Me comprometo conmigo
misma a parar mis deseos de pureza que sólo son personalidades que me limitan
con una etiqueta y no me permiten expresarme como la vida misma que soy.
Hola, me gustaría hablar con usted respecto a este tema.
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