Una de las
cosas que más me ha costado detener en mi proceso es no gritarle a mi familia
cuando me enojo o no contestar como agrediéndolos de alguna forma o haciéndolos
sentir mal. Ya lo he controlado muuucho más al punto que está casi acabado,
pero a veces lo vuelvo a hacer contestando enojada. Lo que he notado también,
es que aunque no grite ni conteste de una forma hiriente, hago gestos de
incomodidad.
Me perdono a
mí misma por haberme permitido y aceptado a mí misma gritar o contestar de una
forma que sé que hiere a mi familia
Me perdono a
mí misma por haberme permitido y aceptado a mí misma haber exigido intrínsecamente
que mi papá pensara antes de actuar aquella vez que me grito cuando estaba
pequeña y que me había dolido antes cuando yo tampoco cumplo en tratar a los
demás de la forma que me gustaría que me trataran a mí.
Cuando me
vea a mí misma querer gritar/enojarme/hacer gestos/creer que tengo una
justificación para tratar a la gente de una forma que no me gustaría que me
trataran, me detengo y me estabilizo en lo físico con el respiro.
Me doy
cuenta que en el momento que siento que tengo una razón para gritar/enojarme/hacer
gestos/herir a la gente es cuando lo hago y que no hay en realidad justificación
para no tratar a las personas de una manera que no me gustaría que me traten a
mí.
Me comprometo conmigo
misma no crear justificaciones que en realidad son injustificables como
pretexto de no poder frenarme.
Me comprometo conmigo
misma a detenerme antes de enojarme/gritar/herir/ hacer gestos a la gente.
Me comprometo conmigo
misma a frenar totalmente mi enojo, a no gritar, a no hacer gestos, a no herir
a la gente y por el contrario me comprometo a tratarlos de la manera que me
gustaría que me trataran a mí.
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