El ver a la gente querer construir un mundo mejor pero no tener
idea como hacer un cambio verdadero, de raíz, o más aún el saber que la mayoría se enfoca en llevar
una vida para sobrevivir y para tener placer lo mucho o poco que sea posible,
me enoja porque me hace pensar que entonces esto nunca va a cambiar y que
entonces yo también debería olvidarme de mis sacrificios o dejar de dedicar
tiempo a algo que según la línea de mis pensamientos no tendrían frutos y deseo
mejor dedicarme a satisfacer placeres.
Pero… revisándolo más a detalle me doy cuenta que en
realidad mi verdadero deseo, meta u objetivo es llegar a que absolutamente
todos vivamos en un sitio con las mejores condiciones en igualdad; y que de
manera realista (correspondiente a mis recursos y herramientas actuales), es
decir, de manera física, el camino que estoy tomando es el que de verdad y
enteramente deseo caminar.
Entonces me hago la pregunta: ¿por qué si es lo que quiero,
a veces tengo deseos de renunciar por pesimismo, desesperanza, decepción y
desánimo y por qué también tengo deseos de dedicarme a satisfacer placeres lo
más que se pueda? Lo deseos de renunciar son porque a veces se me hace pesado
el modo de vida que yo he decidido tomar y el desear placer es mi forma de
escape y porque el disfrutar otras cosas como el retroalimentarme de otra gente
o realizar actividades que no hago comúnmente, o sea que no está en mi
rutina, hacen disfrutarme a mí misma.
Andar en bicicleta, o caminar también es válido para mi desarrollo cuando me
experimente necesitándolo.
A veces me aparto de todo lo demás que no sea mi proceso y
el arte que estoy haciendo que van demasiado de la mano y me culpo si doy
tiempo para algo más. Debo aprender a equilibrarlo y darme ese tiempo cuando
sea necesario para mi cuerpo, para poder respirar y dejar ir las emociones, para
ahuyentar los dolores de cabeza. Estoy totalmente comprometida con estas dos
actividades principales a las que les dedico la mayor parte del tiempo y como
quiero dar mi máximo esfuerzo y no rendirme, lo seguiré haciendo así, pero debo
saber que el pasar un tiempo en algo más es beneficioso para mi cuerpo.
En y cuando me vea a mí misma enojarme porque veo que a la
mayoría de gente no le interesa o no sabe cómo hacerle para contribuir a un
cambio que sea el mejor para todos, me detengo y me estabilizo en lo físico con
el respiro.
Me doy cuenta que lo que piensen o hagan otras personas no
es algo que yo pueda controlar y no me debe influenciar en lo más mínimo para
dejar de asumir mi responsabilidad.
Me perdono a mí misma por haberme permitido y aceptado tener
deseos de abdicar y de satisfacer placeres.
Me perdono a mí misma por haberme permitido y aceptado
sentir culpa cuando dedico tiempo a algo que no sea este proceso de Desteni o
al arte.
Me comprometo conmigo misma a parar los deseos de abdicar
y dedicarme a experimentar placeres.
Me comprometo conmigo misma a parar la culpa cuando le
dedique tiempo a otra actividad que no sea totalmente algo que tenga que ver
con Desteni o arte.
Me comprometo conmigo misma a estar consciente que este
tipo de experiencias son necesarias para la vida y que no tiene nada de “malo”,
que no es perjudicial el experimentarme dentro/en/ como la vida en otras
actividades que aparentemente no tengan que ver con Desteni y con el arte;
experimentar también a otras personas o cosas, sacando lo mejor de ellas,
disfrutándolas determinando con honestidad cuando el experimentar esto me sea
necesario y siempre y cuando no dañe a nadie.
Me comprometo conmigo misma a dirigirme sobre el
principio de “querer para otros lo que quiero para mí” y tener presente que
si deseo a otros disfrutarse en
diferentes actividades, entonces el quererlo para mí misma no es algo por lo
que me deba sentir “culpable” y sí es algo saludable para todos. Y con esto, me
comprometo también a estar consciente de que por ahora, en nuestra realidad
física, tampoco es saludable dedicarle tanto tiempo a estas actividades, porque
entonces dejaría de trabajar en lo primordial para hacer un cambio desde raíz.
Por lo tanto, me comprometo a hacer un equilibrio entre las dos necesidades de
trabajar para conseguir un cambio y disfrutarme en otras actividades,
dedicándoles el tiempo proporcional de acuerdo a su importancia inmediata y
urgente basada en lo que es mejor para todos, siendo además así responsable de
mi cuerpo, de mis acciones, o sea, de mí misma en conjunto.
Me comprometo conmigo misma a parar el enojo o
desesperanza al ver a los demás porque estas reacciones mentales no ayudan y sí
perjudican; entender que por ahora no todos saben de este método efectivo de cambio
y que lo que debo ser es un ejemplo para transmitir y expandir el mensaje de
Desteni.
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