Tengo objetos de uso diario a los que les doy mucha
importancia, les he creado un valor sentimental por lo que significan para mí y
lo que me recuerdan. Se me han llegado a perder dos; uno que no volví a
encontrar y otro que se perdió en mi casa, por lo que después apareció en mi
recámara. Cuando sucedió con cada uno, tuve un sentimiento de pérdida, de pesar
y de dolor por la especialidad que yo había montado sobre los objetos, que no
es más que una remembranza a sucesos “especiales” en mi vida. También hace
algunos meses perdí mi celular y me sentí bastante triste, pero en este caso
por la pérdida de dinero y aparte algo más que me sucede cada que no sé dónde
se localiza cualquier cosa que “sea mío”: siento un gran dolor por haberme
distraído.
Me doy cuenta que esto último es por la personalidad que yo
creé de mi misma de mecanizar todo, controlar todo, ser ordenada y responsable.
La gente que ha convivido conmigo, como mi familia. por ejemplo, me ha definido
también de esta misma manera. Yo los critico cuando ellos pierden algo diciendo
“nunca sabes dónde dejas las cosas” y como la mayoría de veces yo sé
específicamente en qué lugar tengo mis objetos personales, ellos no contestan
algo “ofensivo” de vuelta. Entonces suceden dos cosas en mi mente cuando pierdo
algo: me fallo a la personalidad que he creado de mí misma y fallo a la
personalidad que yo considero que otros piensan de mí quedando en mi mente como
en ridículo con ellos. De aquí se deriva que además, muy dentro de mi mente
secreta, sienta como si me estuviera quedando sin saber quién soy, lo cual es
contradictorio ahora que sé perfectamente que no soy la mente, y que soy vida, por
tanto tengo que perdonar para que la mente cese y pueda levantarme como lo que
en realidad soy.
Cuando me vea a mí misma sentir una reacción al perder un
objeto, me detengo y me estabilizo en lo físico con el respiro.
Me perdono a mí misma por haberme permitido y aceptado a mí
misma darle un valor sentimental a un objeto.
Me perdono a mí misma por haberme permitido y aceptado a mí
misma tener un sentimiento de pérdida y dolor al extraviar un objeto ya que con
esto siento también que pierdo ese momento especial del pasado que proyecto en
un objeto.
Me perdono a mí misma por haberme permitido y aceptado a mí
misma sentir miedo de perder algo más.
Me perdono a mí misma por haberme permitido y aceptado a mí
misma sentirme ridícula y fallida por no hacer coincidir la personalidad que me
creo en la mente de mí misma y de lo que los demás piensen de mí al perder un
objeto.
Me perdono a mí misma por haberme permitido y aceptado a mí
misma por categorizar a la gente que me rodea y con esto alimentar las
personalidades que nos creamos en la mente.
Me perdono a mí misma por haberme permitido y aceptado a mí
misma lamentarme por la pérdida de un objeto costoso.
Me perdono a mí misma por haberme permitido y aceptado a mí
misma crearme personalidades en la mente por lo que generalmente hago y crearme
ideas de lo que la gente cree que es mi personalidad; con esto me perdono por
tener miedo de romper estas personalidades con un acto contrario al significado
de la identidad que yo me he generado en la mente.
Me comprometo conmigo misma a no darle un valor
sentimental a un objeto.
Me comprometo conmigo misma a no depositar mis memorias
en un objeto y no aferrarme a ellas, sino ver los recuerdos como aquello que
viví en su momento y que hoy dejo ir para seguir con mi respiro de vida
presente.
Me comprometo conmigo misma a estar consciente que al
perder un objeto no pierdo las memorias, que éstas ya sucedieron y no pueden
ser cambiadas.
Me comprometo conmigo misma a parar el miedo de extraviar
algo más por el sentimiento de pérdida y todo lo que me he permitido generar en
base a esa emoción.
Me comprometo conmigo misma a dejar de crearme
personalidades basadas en mi juicio y en el de los demás y con esto al mismo
tiempo evitar el querer que rigurosamente coincidan esas personalidades con mi
comportamiento por no sentirme pérdida, por no saber quién soy.
Me comprometo conmigo misma a seguir caminando este
proceso para levantarme como lo que realmente soy: vida.
Me comprometo conmigo misma a no volver a categorizar y/o
juzgar a la gente y con esto al mismo tiempo evitar alimentar a mi mente y a la
de los demás.
Me comprometo conmigo misma a no volver a lamentarme por
la pérdida de un objeto costoso y estar consciente de que el dinero es sólo un
medio.
Me comprometo conmigo misma a seguir siendo cuidadosa con
mis objetos personales sin caer la obsesión sino sólo dirigiéndome de acuerdo a
mi practicidad para realizar mis actividades y experimentando el momento.
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