El futuro me
ha dado miedo y es algo que he trabajado, pero el hacer algo en el presente
para que ese futuro cambie, es algo que también me aterra y que para sentirme
‘segura’ intento postergar. Esto es aún peor cuando choca con mi naturaleza de
hacer todo al instante y no dejar nada para el futuro si se puede hacer hoy. El miedo y lo que sé hacer (de no postergar nada) chocan
provocándome estrés o paralizándome unos minutos, horas o días antes de
empezar.
Me perdono a
mí misma por haberme permitido y aceptado a mí misma postergar una tarea que sé
que debo hacer por el miedo que siento de no tomar la decisión correcta, de que
no funcionen mis planes y de dudar en cómo hacerlo por pensar que hay tantos
caminos y no encuentro el ‘correcto’.
Me perdono a
mí misma por haberme permitido y aceptado tener miedo porque estoy en la mente
en vez de lo físico imaginando el futuro, victimizándome por lo que hemos
permitido/aceptado/creado en conjunto los humanos y cerrarme a todas las
oportunidades que puede haber para mí por quejarme en la mente de que nada de
esto debería ser así.
En y cuando
me vea a mí misma postergar una tarea que puedo hacer en el momento, me detengo
y me estabilizo en lo físico con el respiro.
Me comprometo conmigo
misma a dejar de buscar en otros las respuestas y ser responsable de mi cuerpo…
de mí misma porque además yo soy la única que conoce el entorno completo de mi
ser, por lo tanto, la que mejor podría dar una solución.
Me doy cuenta que el
miedo es separación y me aleja más de alcanzar mis metas (realistas) y además
si me paralizo por éste, me hago aún más torpe.
Me comprometo a parar
las imaginaciones/proyecciones del futuro y con esto parar el miedo a no alcanzarlas,
así como a parar las expectativas que sólo dan desilusiones.
Me comprometo conmigo
misma a dirigirme en vez de pensar.
Me comprometo conmigo
misma a dejar de querer ser ‘la súper mujer’ con misiones no realistas,
egoístas y metas vanas sentimentales y pasionales.
Me comprometo conmigo
misma a dejar de buscar ‘seguridad’ y en vez de esto hacer lo que sea mejor
para todos y en consecuencia también para mí.
Me comprometo a iniciar
las tareas que me he dispuesto a realizar, de acuerdo mi planeación previa, lo
más pronto posible y disfrutarlas respiro a respiro.
Me comprometo a planear
de la mejor manera que pueda y no volver a dudar de esas decisiones que tomo
porque doy mi máximo esfuerzo y doy todo lo humanamente posible de acuerdo a
mis posibilidades realistas del presente para alcanzar mis metas.
Me comprometo a aceptar
la realidad (que aunque no es la mejor, es donde tengo que afrontar mis
consecuencias y la de todos los demás como uno que somos) y dejarme de
victimizar por lo que hemos permitido y aceptado cada quien como persona
creando en conjunto la sociedad como la vivimos y en vez de esto, asumir mi
responsabilidad porque yo he sido parte de la injusticia, cambiándola haciendo el perdón a mí misma, aplicándolo,
siendo el ejemplo vivo, expandiéndolo y sacando lo mejor de lo demás.