domingo, 23 de febrero de 2014

¿QUÉ DEBO HACER SI UN HOMBRE QUE NO CONOZCO QUIERE PLATICAR CONMIGO? (SEGUNDA PARTE) – DÍA 8




 
CONTINUACIÓN DE: http://ellacaminoalavida.blogspot.mx/2014/02/que-debo-hacer-si-un-hombre-que-no.html



Me perdono a mí misma por haberme permitido y aceptado a mí misma enojarme y odiar a los hombres como género por la cultura machista que existe.

Me perdono a mí misma por haberme permitido y aceptado sentirme confundida al no saber cómo actuar, por prejuicios que tengo, cuando una persona que no conozco en la calle me hace la plática.

Cuando me vea a mí misma odiar, enojarme, dudar de cómo dirigirme y tener deseos de venganza cuando una persona que no conozco en la calle me hace la plática; me detengo y me estabilizo en lo físico con el respiro.

Me doy cuenta que yo debo ser honesta conmigo misma y con los demás en todo momento, aunque otra gente no lo sea. En el presente no deseo tener un acuerdo de relación alguna con un hombre y si por ejemplo, uno se me acerca y es claro, o deja rastros sobre una atracción hacia mí, debo ser honesta con él a través de la comunicación. Me doy cuenta que en general hay dos opciones cuando cualquier persona que no conozco me haga la plática: detener la conversación o seguirla. Puedo detenerla si la información que obtengo de otra persona no es confiable o si no es compatible con mis intereses, por ejemplo de cambio o de arte (con simples preguntas como: ¿Por qué es que decidiste hablarme? ¿Cuál es tu meta en la vida? ¿A qué te dedicas?); también puedo seguirla si veo que sí lo es. Si deseo proseguir, por una cuestión, de seguridad debo tomar en cuenta no dar datos que me pongan en riesgo o hacer algo que no sea seguro.

Me comprometo conmigo misma a no actuar de acuerdo a lo que otras personas hacen o creo que piensan y dirigirme de acuerdo a lo que sea mejor para todos coincida o no con los demás.

Me comprometo a dejar de ser "educada" o tener sentimiento de justicia como programación y en vez de esto, actuar de manera responsable y honesta dirigiéndome a hacer lo que sea mejor para todos.

Me comprometo conmigo misma a no tratar a la gente de una forma especial.

Me comprometo conmigo a dejar mi idea de hombre=machista y mujer=víctima porque todos hemos permitido y aceptado el mundo tal cual es ahora; por lo tanto, me comprometo también a ser yo misma el cambio que quiero ver.

Me comprometo conmigo a no actuar de acuerdo a emociones o sentimientos que en este caso, se dan como juicios, sentimiento de justicia, odio y molestia.

Me comprometo conmigo a parar cualquier emoción que aparezca como venganza, odio o enojo cuando alguien que no conozco me hable en la calle, evitando además de esta manera los juicios que creo de acuerdo a mis experiencias.

Me comprometo conmigo misma a dejar de sacar conclusiones de los pensamientos o intenciones de la gente.

Me comprometo conmigo misma a dejar de contraatacar.

Me comprometo conmigo misma aceptar que la cultura ahora es así y para cambiarlo debo enfocarme en mi proceso y aceptar que no puedo cambiar a los demás pero sí ser un ejemplo vivo de responsabilidad y honestidad para que se expanda.

 

 

 

 
 

 
 

 

 

 

viernes, 21 de febrero de 2014

¿QUÉ DEBO HACER SI UN HOMBRE QUE NO CONOZCO QUIERE PLATICAR CONMIGO? (PRIMERA PARTE) – DÍA 8


 
Varias veces se me han acercado hombres que no conozco a hablarme en la calle y no sé cómo reaccionar. La mayoría me cae mal por la idea que yo concibo y que es comúnmente sabido de que se acercan, por lo regular, por el mero interés físico que determinada persona les puede causar. Cuando sucede esto, me enojo porque creo que  sienten como si una pareja fuera una posesión que se tuviera que ganar (y todo lo que conlleva la cultura machista). Por lo tanto, si se acercan a mí, me parece como una competencia consigo mismos o con los demás donde ellos quieren conquistar… ganar y como el que ganen o pierdan, en esos casos, depende de mí y como estoy enojada, es un goce secreto negarme o rechazarlos para yo sentir que están derrotados; lo cual me hace caer en una emoción contraria de defensa pero que también es de iniquidad, que igual coopera con este sistema y que entonces debo parar.

Cuando sé/presiento/creo que a alguien le gusto y es hombre, es como una delicia secreta porque muy dentro de mí quiero gustarles para poder tener esa emoción de vengarme de ellos como género, como cultura machista al alejarlos de mí para que, según yo, vean que no me interesan y que de alguna manera vean mi odio hacia las injusticias de género y vean el poder que tenemos las mujeres jaja. O sea, que tratando de hacer justicia, hago en realidad injustica.

Digo que no sé cómo reaccionar cuando me hablan sin conocerlos, porque en general, tiendo a no ser grosera con la gente externa a mí; me gusta la amabilidad porque es lo que me han enseñado que es lo correcto como SENTIMIENTO de justicia, es decir, por pregromación. Y además, ahora sé que en realidad simplemente es inaceptable el tratar a alguien de una forma especial o de la manera que no me gustaría ser tratada; entonces, mi sentimiento de venganza y mi sentimiento de justicia chocan y me mantengo en una posición intermedia de actitud odiosa y amable. Si considero que se me pasa de dosis alguna de las dos, me siento, o culpable por portarme grosera, o culpable por “someterme” a la “voluntad” de un hombre. A veces, imagino a las demás chicas o a mi mamá o a mi tía en mi situación cortándolos de tajo y es cuando me digo a mí misma “han de estar acostumbrados, no me debería sentir mal por hacerlo igual, debería rechazarlos instantáneamente como las demás. No debo seguir su juego si es algo que me incomoda”.

Entonces pasa otra cosa, me enojo más con ellos por seguirme hablando cuando además (según lo que creo) saben que me molestan porque es algo notorio y pienso “¿por qué diablos sigue preguntándome cosas si ve que miro a todos lados tratando de poner atención en todo menos en él?” ¡Me molesta demasiado! Pero cuando llegan a preguntarme “¿No te molesta?” no contesto con honestidad. No sé si responder la verdad, que para mí, es bastante notoria, o comportarme “educada” entonces mi típica respuesta se convierte en un “No” bastante dudoso en incómodo.

Pero ahí no para mi odio y enojo, sigue incrementando cuando me pregunto si yo me atrevería a acercarme a alguien que no conozca para hablarle porque me gusta; mi respuesta es un rotundo y honesto “no” “¿por qué entonces los demás se empeñan si yo no lo haría?” pienso y me enfado. Yo no me acerco a las personas que me han gustado  en la calle porque sé lo fastidioso que puede ser para la demás gente. Si hipotéticamente, recreo lo que pasaría si me atrevo a hablarle, sé que si veo el más mínimo desinterés e incomodidad me alejaría sostenida bajo el principio de “querer para los demás lo que quieres para ti”. Si no hay interés no tengo porqué acercarme y siguiendo con lo hipotético, si de casualidad le hablara a alguien más que no conozco, tendría que ser honesta con la otra persona sobre mis intenciones y que ella decida para no molestarla… y es lo que me gustaría que haga la demás gente conmigo.

Hoy, dos personas con las que coincidí en dos lugares públicos diferentes me dijeron “nada más porque eres bonita”… me siento triste e impotente al saber que la mayoría de gente nos fijemos en una apariencia física de estándares sociales y creemos excepciones por ello rigiendo nuestras actitudes en desigualdad.

La emoción de enojo asciende en cada punto que pienso. Me irrita saber que en un contexto general, los hombres sólo quieran satisfacer sus deseos sexuales y me molesta también que las mujeres tengamos presión sexual como consecuencia de esto en prácticamente TODO. Me enoja que los hombres por atender su estímulo imaginario/real sexual se permitan y cometan injusticias contra mujeres y que también nosotras permitimos. Todos, o la mayoría, lo hacemos por las circunstancias culturales, sociales, económicas y políticas de la realidad actual que a veces me parecen sofocantes, bastante crueles, incambiables y odiosas.

En el siguiente post continuaré con el perdón a mí misma y su corrección correspondiente.

lunes, 17 de febrero de 2014

DESEO DE MASCAR CAUSADO POR ANSIEDAD - DÍA 7




Tras un tiempo de cumplir con mis compromisos de nutrición, veo un patrón nuevo que he desarrollado y que es la ansiedad por tener algo en la boca. Como mi alimentación ha sido sana, elijo chicle para no estropear el avance notorio en mi cuerpo y calmar la ansiedad al estar mascando constantemente, pero claramente es algo que no debo estar haciendo porque la emoción de ansiedad sigue ahí y sólo la cubro con el chicle o al comer algo más, como verdura o fruta, sólo por el sentir la “necesidad” de mascar y no porque mi cuerpo lo pida.

Me perdono a mí misma por haberme permitido y aceptado a mí misma sentir ansiedad y necesidad de traer mascando algo.

Cuando me vea a mí misma sentir que quiero mascar algo, me detengo y me estabilizo en lo físico con el respiro.

Me comprometo conmigo misma a que cuando sienta ansiedad por mascar algo sea honesta conmigo reconociendo en mi cuerpo si realmente necesito alimentarme o es sólo un producto de la mente.

Me comprometo conmigo misma a detener la ansiedad y la emoción de necesidad de querer mascar algo para sentir que estoy contrarrestando o liberando la ansiedad.

Me comprometo conmigo misma a detener la ansiedad que siento por ver terminadas mis tareas y metas.

Me comprometo conmigo misma a disfrutar y concentrarme en lo que hago en cada momento de respiro sin proyectar mis imaginaciones en un futuro y a seguir aplicando todos mis demás compromisos ya hechos sobre el estrés, tensión, tiempo y ansiedad.

Me comprometo conmigo a averiguar justo al momento que siento esa necesidad de traer algo en la boca, si se esconde alguna otra emoción detrás y en caso de que así sea, perdonarlo posteriormente.

 

lunes, 10 de febrero de 2014

DESÁNIMO EN MI PROCESO CAUSADO POR VER A LOS DEMÁS – DÍA 6

 
 
El ver a la gente querer construir un mundo mejor pero no tener idea como hacer un cambio verdadero, de raíz, o más aún  el saber que la mayoría se enfoca en llevar una vida para sobrevivir y para tener placer lo mucho o poco que sea posible, me enoja porque me hace pensar que entonces esto nunca va a cambiar y que entonces yo también debería olvidarme de mis sacrificios o dejar de dedicar tiempo a algo que según la línea de mis pensamientos no tendrían frutos y deseo mejor dedicarme a satisfacer placeres.
Pero… revisándolo más a detalle me doy cuenta que en realidad mi verdadero deseo, meta u objetivo es llegar a que absolutamente todos vivamos en un sitio con las mejores condiciones en igualdad; y que de manera realista (correspondiente a mis recursos y herramientas actuales), es decir, de manera física, el camino que estoy tomando es el que de verdad y enteramente deseo caminar.
Entonces me hago la pregunta: ¿por qué si es lo que quiero, a veces tengo deseos de renunciar por pesimismo, desesperanza, decepción y desánimo y por qué también tengo deseos de dedicarme a satisfacer placeres lo más que se pueda? Lo deseos de renunciar son porque a veces se me hace pesado el modo de vida que yo he decidido tomar y el desear placer es mi forma de escape y porque el disfrutar otras cosas como el retroalimentarme de otra gente o realizar actividades que no hago comúnmente, o sea que no está en mi rutina,  hacen disfrutarme a mí misma. Andar en bicicleta, o caminar también es válido para mi desarrollo cuando me experimente necesitándolo.
A veces me aparto de todo lo demás que no sea mi proceso y el arte que estoy haciendo que van demasiado de la mano y me culpo si doy tiempo para algo más. Debo aprender a equilibrarlo y darme ese tiempo cuando sea necesario para mi cuerpo, para poder respirar y dejar ir las emociones, para ahuyentar los dolores de cabeza. Estoy totalmente comprometida con estas dos actividades principales a las que les dedico la mayor parte del tiempo y como quiero dar mi máximo esfuerzo y no rendirme, lo seguiré haciendo así, pero debo saber que el pasar un tiempo en algo más es beneficioso para mi cuerpo.
En y cuando me vea a mí misma enojarme porque veo que a la mayoría de gente no le interesa o no sabe cómo hacerle para contribuir a un cambio que sea el mejor para todos, me detengo y me estabilizo en lo físico con el respiro.
Me doy cuenta que lo que piensen o hagan otras personas no es algo que yo pueda controlar y no me debe influenciar en lo más mínimo para dejar de asumir mi responsabilidad.
Me perdono a mí misma por haberme permitido y aceptado tener deseos de abdicar y de satisfacer placeres.
Me perdono a mí misma por haberme permitido y aceptado sentir culpa cuando dedico tiempo a algo que no sea este proceso de Desteni o al arte.
Me comprometo conmigo misma a parar los deseos de abdicar y dedicarme a experimentar placeres.
Me comprometo conmigo misma a parar la culpa cuando le dedique tiempo a otra actividad que no sea totalmente algo que tenga que ver con Desteni o arte.
Me comprometo conmigo misma a estar consciente que este tipo de experiencias son necesarias para la vida y que no tiene nada de “malo”, que no es perjudicial el experimentarme dentro/en/ como la vida en otras actividades que aparentemente no tengan que ver con Desteni y con el arte; experimentar también a otras personas o cosas, sacando lo mejor de ellas, disfrutándolas determinando con honestidad cuando el experimentar esto me sea necesario y siempre y cuando no dañe a nadie.
Me comprometo conmigo misma a dirigirme sobre el principio de “querer para otros lo que quiero para mí” y tener presente que si  deseo a otros disfrutarse en diferentes actividades, entonces el quererlo para mí misma no es algo por lo que me deba sentir “culpable” y sí es algo saludable para todos. Y con esto, me comprometo también a estar consciente de que por ahora, en nuestra realidad física, tampoco es saludable dedicarle tanto tiempo a estas actividades, porque entonces dejaría de trabajar en lo primordial para hacer un cambio desde raíz. Por lo tanto, me comprometo a hacer un equilibrio entre las dos necesidades de trabajar para conseguir un cambio y disfrutarme en otras actividades, dedicándoles el tiempo proporcional de acuerdo a su importancia inmediata y urgente basada en lo que es mejor para todos, siendo además así responsable de mi cuerpo, de mis acciones, o sea, de mí misma en conjunto.
Me comprometo conmigo misma a parar el enojo o desesperanza al ver a los demás porque estas reacciones mentales no ayudan y sí perjudican; entender que por ahora no todos saben de este método efectivo de cambio y que lo que debo ser es un ejemplo para transmitir y expandir el mensaje de Desteni.
 
 
 
 
 
 

domingo, 9 de febrero de 2014

MIEDO A LA BURLA – DÍA 5

 
 
 
En el post pasado escribí sobre el miedo a no cumplir con las personalidades que yo me creo para mí misma y en no cumplir con las que considero que los demás ven en mí. Hoy escribiré sobre el miedo a la burla.
Soy muy cuestionada por dedicarme a algo diferente a mi carrera y mi duda por saber si estoy haciendo lo que es mejor para mí, me provoca que como mecanismo de defensa genere enojo contra esa persona o resentimiento, es decir, proyecto mis miedos en alguien más.
Mis dudas y/o el miedo a equivocarme me produce también miedo a la burla. “Si no hago lo mejor, si no soy perfecta, si no tengo dinero, si no me llevo con los ‘mejores’, si no trabajo en lo ‘mejor’, si no soy ‘exitosa’ para ellos” la demás gente me lo echará en cara… lo que es algo que de verdad hacen, quizá por sus miedos también y no querer ser los únicos que se equivocan, deseos de que los demás sean desdichados para poder ellos ser superiores o desear que las más personas posibles se sientan como ellos se sienten ( emociones que yo he sentido y que ya he perdonado). Como sea, cada quien tiene responsabilidad de perdonarse a sí mismo y yo debo entender que sea cual sea el motivo de alguien más para burlarse de mí, yo debo enfocarme en mi proceso que es el único del que tengo control para cambiar, el seguir perdonando esos reflejos que veo de mí al momento en que las palabras o actitud de alguien más me cause una reacción.
En y cuando me vea a mí misma experimentar una emoción por las palabras o actos de otros, me detengo y me estabilizo en lo físico con el respiro.
Me perdono a mí misma el haberme permitido y aceptado a mí misma no haber elegido la carrera que me gustaba porque no había identificado lo que quería realizar a diario. No tenía noción de lo pesado que podía ser dedicarme a algo que no da los resultados que yo quiero aportar para mí y para los demás. Al no identificar lo que me gustaba proyectado en estudios y profesión, ni investigar otras carreras que no fueran tan conocidas, preferí entonces una carrera que me diera un beneficio económico.
Me perdono a mí misma por haberme permitido y aceptado dudar en si estoy haciendo lo que es mejor para mí y para los demás después de ya haber identificado lo que me gusta y que es a lo que ahora me dedico.
Me perdono a mí misma por haberme permitido y aceptado tener dicha duda por mi estabilidad económica.
Me perdono a mí misma por haberme permitido y aceptado tener miedo de equivocarme, es decir, que mis planes no den los resultados que espero y quiero.
Me perdono a mí misma por haberme permitido y aceptado tener miedo por las palabras de otros ya que me enfrentan con mis pensamientos más profundos que guardo y esquivo.
Me perdono a mí misma por haberme permitido y aceptado sentir enojo, rechazo, resentimiento hacia otras personas cuando me enfrentan con mis miedos.
Me perdono a mí misma por haberme permitido y aceptado enojarme por CREER que los demás  me cuestionan o se burlan para hacerme sentir mal.
Me doy cuenta que el creer es algo que está en la mente y  ya sea que lo hagan porque quieren mi bienestar, por ejemplo al darme consejos que ellos consideran lo mejor para mí o ya sea que lo hagan para hacerme sentir mal, es algo que no me debe afectar y además no puedo saber sus verdaderas intenciones porque están en su mente. El suponer que adivino lo que ellos piensan es nada más una creencia de la mente que además es irrelevante saberla ya que para mi proceso no sirve de nada, sino al contrario, me genero más caos en la mente.
Me comprometo a no  querer llenar expectativas de alguien más o lo estándares marcados en el sistema actual, sino actuar conforme a lo que es mejor para todos y en consecuencia también para mí.
Me comprometo conmigo misma a escuchar las sugerencias de los demás para aplicar las que vea que dan una solución acorde con lo que es mejor para mí y para todos.
Me comprometo conmigo misma a seguir mis planes que consideran los aspectos económicos  (que me causan miedo) y los aspectos de la profesión que verdaderamente quiero desarrollar; y cambiarlos, renovarlos o modificarlos si es para algo mejor.
Me comprometo conmigo misma a parar el miedo a equivocarme, miedo a no tener solvencia económica, me comprometo a parar la duda; todo esto que sólo es un obstáculo a mis planes.
Me comprometo conmigo misma a tener presente que mis planes están sustentados en la realidad física.
Me comprometo conmigo misma a aceptar que aún siguiendo mis planes con una estrategia bien cimentada pueden no hacerse realidad ni a corto, mediano o largo plazo. Me comprometo a tener presente lo que Cerise escribió de que sabremos que hicimos todo lo posible hasta llegar al extremo, hasta llegar prácticamente al punto de morir, hasta ahí uno debe decir “hice todo lo que pude” y que de mí depende, es decir, de mis decisiones y acciones en lo físico depende hasta donde quiero decir “suficiente”.
Me comprometo conmigo misma a frenar el miedo de enfrentarme con mis miedos (jaja) y a tener presente que puedo solucionar cualquiera de estas cuestiones que me hagan mella mediante el perdón a mí misma y su corrección.
Me comprometo conmigo misma a parar el enojo, rechazo, resentimiento o cualquier otra reacción hacia los demás cuando me enfrentan a mis miedos, empezando con el respiro que me estabiliza en lo físico.
Me comprometo conmigo misma a estar consciente de que sean cuales sean las razones de cuestiones y burlas por parte de otras personas, es la responsabilidad de ellas perdonar lo que experimentan y me comprometo a perdonar lo que a mí me corresponde.
 
 
 


miércoles, 5 de febrero de 2014

SUPERSTICIONES Y OBSESIONES – DÍA 4




He notado que formo supersticiones en mi mente. No son las  típicas como el de que se me caiga la sal, pasar debajo de una escalera o romper un espejo para tener mala suerte; sino unas propias que he inventado para mí misma de acuerdo a lo que vivo a diario y que son específicas como el no contar los proyectos en los que trabajo en el momento porque son como sueños que entonces no se cumplirían (aquí también por miedo de no cumplirme o no cumplir a los demás en base a una personalidad que asumo - tema desarrollado en el día 3 y miedo a la burla que desarrollaré en el día 5), o como el no revelar mis miedos para que no se hagan realidad, todo esto según mi mente, claro. También tengo obsesiones con origen en el miedo como el verificar que las perillas del gas de la estufa estén apagadas antes de dormir para no tener algún accidente, las checo varias veces porque luego no estoy segura si ‘lo hice de manera adecuada’ y concentrada para asegurarme bien de que estén apagadas esas perillas. Si bien eso es algo práctico, se sale de mi control directivo cuando raya en la obsesión o superstición.


Me perdono a mí misma por haberme permitido y aceptado a mí misma ser dominada por la mente al crearme supersticiones.

Me perdono a mí misma por haberme permitido y aceptado a mí misma obsesionarme con la verificación diaria de las perillas del gas cerradas para no causar accidentes al checarlas varias veces por no estar segura si lo hice correctamente.

Cuando me vea a mí misma bombardearme con pensamientos de supersticiones y obsesiones, me detengo y me estabilizo en lo físico con el respiro.

Me doy cuenta que mis augurios no se cumplirán jamás porque estén en la mente, a menos de que yo me encargue de pasarlos a un nivel físico o que las circunstancias así lo propicien por sí mismas más no por mis pensamientos. Por un lado está la mente junto con todas esas supersticiones y obsesiones que he permitido y aceptado que me abrumen y por otro lado está lo físico… la realidad.

Me comprometo conmigo misma a parar y alejar las supersticiones de mi mente empezando con el respiro que me estabiliza en lo físico.

Me comprometo conmigo misma a parar y alejar el miedo puesto que no tiene fundamentos y recordar que se puede encontrar una solución real, es decir una aplicación práctica.

Me comprometo conmigo misma a parar las obsesiones que están en mi mente realizando la verificación del gas como medida de seguridad sin tener que checarla varias veces, sino verlo de manera física una sola vez, comprobando que estén cerradas las perillas, dejarlo ir el evento del pasado y no volver a pensar en la acción que realicé.

 

 

 

martes, 4 de febrero de 2014

APEGO HACIA LOS OBJETOS - DÍA 3

http://www.deimagenesyfotos.com/objetos/objetos-4.jpg

Tengo objetos de uso diario a los que les doy mucha importancia, les he creado un valor sentimental por lo que significan para mí y lo que me recuerdan. Se me han llegado a perder dos; uno que no volví a encontrar y otro que se perdió en mi casa, por lo que después apareció en mi recámara. Cuando sucedió con cada uno, tuve un sentimiento de pérdida, de pesar y de dolor por la especialidad que yo había montado sobre los objetos, que no es más que una remembranza a sucesos “especiales” en mi vida. También hace algunos meses perdí mi celular y me sentí bastante triste, pero en este caso por la pérdida de dinero y aparte algo más que me sucede cada que no sé dónde se localiza cualquier cosa que “sea mío”: siento un gran dolor por haberme distraído.

Me doy cuenta que esto último es por la personalidad que yo creé de mi misma de mecanizar todo, controlar todo, ser ordenada y responsable. La gente que ha convivido conmigo, como mi familia. por ejemplo, me ha definido también de esta misma manera. Yo los critico cuando ellos pierden algo diciendo “nunca sabes dónde dejas las cosas” y como la mayoría de veces yo sé específicamente en qué lugar tengo mis objetos personales, ellos no contestan algo “ofensivo” de vuelta. Entonces suceden dos cosas en mi mente cuando pierdo algo: me fallo a la personalidad que he creado de mí misma y fallo a la personalidad que yo considero que otros piensan de mí quedando en mi mente como en ridículo con ellos. De aquí se deriva que además, muy dentro de mi mente secreta, sienta como si me estuviera quedando sin saber quién soy, lo cual es contradictorio ahora que sé perfectamente que no soy la mente, y que soy vida, por tanto tengo que perdonar para que la mente cese y pueda levantarme como lo que en realidad soy.

Cuando me vea a mí misma sentir una reacción al perder un objeto, me detengo y me estabilizo en lo físico con el respiro.

Me perdono a mí misma por haberme permitido y aceptado a mí misma darle un valor sentimental a un objeto.

Me perdono a mí misma por haberme permitido y aceptado a mí misma tener un sentimiento de pérdida y dolor al extraviar un objeto ya que con esto siento también que pierdo ese momento especial del pasado que proyecto en un objeto.

Me perdono a mí misma por haberme permitido y aceptado a mí misma sentir miedo de perder algo más.

Me perdono a mí misma por haberme permitido y aceptado a mí misma sentirme ridícula y fallida por no hacer coincidir la personalidad que me creo en la mente de mí misma y de lo que los demás piensen de mí al perder un objeto.

Me perdono a mí misma por haberme permitido y aceptado a mí misma por categorizar a la gente que me rodea y con esto alimentar las personalidades que nos creamos en la mente.

Me perdono a mí misma por haberme permitido y aceptado a mí misma lamentarme por la pérdida de un objeto costoso.

Me perdono a mí misma por haberme permitido y aceptado a mí misma crearme personalidades en la mente por lo que generalmente hago y crearme ideas de lo que la gente cree que es mi personalidad; con esto me perdono por tener miedo de romper estas personalidades con un acto contrario al significado de la identidad que yo me he generado en la mente.

Me comprometo conmigo misma a no darle un valor sentimental a un objeto.

Me comprometo conmigo misma a no depositar mis memorias en un objeto y no aferrarme a ellas, sino ver los recuerdos como aquello que viví en su momento y que hoy dejo ir para seguir con mi respiro de vida presente.

Me comprometo conmigo misma a estar consciente que al perder un objeto no pierdo las memorias, que éstas ya sucedieron y no pueden ser cambiadas.

Me comprometo conmigo misma a parar el miedo de extraviar algo más por el sentimiento de pérdida y todo lo que me he permitido generar en base a esa emoción.

Me comprometo conmigo misma a dejar de crearme personalidades basadas en mi juicio y en el de los demás y con esto al mismo tiempo evitar el querer que rigurosamente coincidan esas personalidades con mi comportamiento por no sentirme pérdida, por no saber quién soy.

Me comprometo conmigo misma a seguir caminando este proceso para levantarme como lo que realmente soy: vida.

Me comprometo conmigo misma a no volver a categorizar y/o juzgar a la gente y con esto al mismo tiempo evitar alimentar a mi mente y a la de los demás.

Me comprometo conmigo misma a no volver a lamentarme por la pérdida de un objeto costoso y estar consciente de que el dinero es sólo un medio.

Me comprometo conmigo misma a seguir siendo cuidadosa con mis objetos personales sin caer la obsesión sino sólo dirigiéndome de acuerdo a mi practicidad para realizar mis actividades y experimentando el momento.

 

 

lunes, 3 de febrero de 2014

LÁSTIMA HACIA LOS DEMÁS - DÍA 2



Hoy vi en las noticias a un niño enterrado en los escombros de la guerra… quise llorar. Por supuesto que no es la primera vez que me pasa el sentir lástima, tristeza, rabia e impotencia, pero esto no apoya a nada, al contrario, sólo alimenta al sistema consciente de la mente y por lo tanto alimento al sistema actual de injusticia.

Hace días vi caer de cabeza a una perrita de un primer piso, su dueño estaba abajo. La perrita se levantó como ida corriendo sin que él la pudiera atrapar, cojeaba y lloraba. Su dueño la agarró por fin, la abrazo, la acarició y no vi más. Supongo que la llevó al veterinario en seguida porque además iba de salida en su auto. Me sentí culpable de seguir caminando y no poder hacer nada más.

He experimentado lástima hacia mi familia también que se combina con un pavor que tengo de que les pase cualquier cosa desagradable.

Me perdono a mí misma por haberme permitido y aceptado a mí misma sentir lástima, tristeza, rabia, impotencia, culpa y miedo y con ello alimentar al sistema consciente de la mente y al sistema de desigualdad actual que no apoya a la vida en unidad.

Me perdono a mí misma por haberme permitido y aceptado a mí misma querer proteger a otros y con esto sentirme superior o más afortunada que los demás.

Me doy cuenta que soy egoísta al querer parar mi sufrimiento parando el de los demás porque la raíz de la importancia que le tomo no es realmente el dolor de otros, sino el impacto que tengo al verlo originado por miedo que de que a mí me pudiera pasar también. Me doy cuenta que además, el querer parar el sufrimiento de mi familia es porque están en mi entorno inmediato que deseo sea el mejor para mí, que esté estable y sin penas… y porque he creado una dependencia egoísta, es decir, no es su dolor, sino el dolor que me causa a mí verlos sufrir.

Me perdono a mí misma por haberme permitido y aceptado a mí misma no sostenerme realmente bajo el principio de “querer para otros lo que quisiera para mí misma” y disfrazarlo profundamente de la emoción llamada egoísmo.

Cuando me vea a mí misma sentir lástima, tristeza, rabia, impotencia, culpa y miedo, me detengo y me estabilizo en lo físico con el respiro.

 

Me comprometo conmigo misma a estar consciente de que mi lástima, tristeza, rabia, impotencia, culpa y miedo no cambia la situación por la que me siento así, sino por el contrario, coopero de esta manera con el sistema actual.

Me comprometo conmigo misma a no alimentar al sistema consciente de la mente y con ello al sistema actual que no apoya a lo que es mejor para todos.

Me comprometo conmigo misma a parar mis deseos de querer proteger a los demás por sentirme superior a ellos.

Me comprometo conmigo misma a parar el miedo que tengo de que a mí me pudiera pasar el dolor que otros sienten, es decir, parar a la mente; parar los pensamientos, las imaginaciones y proyecciones de sentirme en su lugar.

Me comprometo conmigo misma participar en lo que es mejor para todos y no sólo para mi entorno inmediato que alimenta únicamente a mi egoísmo, esto siguiendo con mi proceso al asumir mi responsabilidad de cambiarme a mí misma para cambiar al sistema actual.

Me comprometo conmigo misma a aceptar que hay accidentes que nos causan dolor físico y/o muerte y que lo que podemos hacer por ahora en conjunto y de manera personal solamente es prevenir sabiendo dirigir siempre a nuestro cuerpo físico de una forma eficiente -sin emociones-  incluyendo casos de emergencia; por lo tanto, me comprometo también a dirigirme de esa manera en todo momento.

Me comprometo conmigo misma a sostenerme realmente bajo el principio de “querer para otros lo que quisiera para mí misma” sin disfrazarlo de egoísmo y parando toda emoción derivada de ello que sólo es conflicto mental y que no apoya a la realidad y a la vida en unidad.