lunes, 21 de abril de 2014

FOBIA A LOS RATONES (PARTE 3) – DÍA 18.







Continuación de los post:


 
Me perdono a mí misma por haberme permitido y aceptado a mí misma tenerle fobia a las ratas y ratones debido a mi asociación a un status de poder en mí ante ellos, a una imagen de suciedad, de pobreza, de fealdad que SIENTO en por estos roedores sin considerar la vida en igualdad y en unidad que todos somos dentro/en/como ella.

Cuando me vea a mí misma sentir fobia por una rata o ratón, me detengo y me estabilizo en lo físico con el respiro.

Me doy cuenta que el asociar a estos roedores con un deseo de poder sobre ellos como si no fuésemos iguales y existieran niveles; el vincularlos con una imagen de suciedad, pobreza, fealdad, es una cuestión de la mente donde me permito juzgar y sorprenderme por la respuesta de ágil de los roedores.

Me doy cuenta que el peligro que he tenido al estar cerca de una rata no es muy grande. Los roedores sí pueden ser el origen de una enfermedad, pero hasta ahora, no me han atacado, sino al contrario, han huido de mí.

Me doy cuenta que el no saber qué es lo más conveniente hacer cuando veo a una rata/ratón me hace buscar el miedo/fobia como una salida de evasión al problema y huir de mi responsabilidad.

Me perdono a mí misma por haberme permitido y aceptado a mí misma sentir miedo/repulsión en vez de darme cuenta si en la realidad física corro algún peligro y dirigirme hacia lo que sea mejor para todos en ese momento de ver a una rata/ratón.

Me perdono a mí misma por haberme permitido y aceptado a mí misma no considerar los miedos de los demás e incluso además hacer burla de ellos.

Me perdono a mí misma por haberme permitido y aceptado a mí misma imponerme no matar a animales para cumplir con una personalidad más que por respeto y humildad ante la vida misma.

Me comprometo a no hacer burla de los miedos de los demás y considerar a cada individuo, entenderlo y apoyándolo cuando me sea posible.

Me comprometo conmigo misma a no volver a juzgar a nada y a nadie, incluyendo a los ratones/ratas, por su condición ante la demás gente y tener presente que todos en unidad somos vida.

Me comprometo conmigo misma a investigar más sobre las enfermedades que puede causar una rata/ratón.

Me comprometo conmigo misma a no volver a vincular ninguna emoción con las memorias/recuerdos que tengo de los ratones/ratas, evitando así el miedo/fobia/pánico/paranoia.

Me comprometo conmigo misma a no volver a imaginar/proyectar situaciones ficticias donde interactúo con ratas/ratones, evitando así generar miedo/fobia/pánico/paranoia.

Me comprometo conmigo misma a permanecer en control de mí misma cuando vea a un ratón/rata deteniendo el miedo/repulsión de la mente para así estar además alerta de los peligros que podría tener y dirigirme hacia lo que sea mejor para todos.

Me comprometo conmigo misma a buscar soluciones en vez de problemas (por ejemplo  tener presente que aunque los roedores suelen huir de la gente es conveniente no acercarme tanto y abrir mejor la puerta para que encuentren salida).

 

 

jueves, 17 de abril de 2014

FOBIA A LOS RATONES (PARTE 2) – DÍA 17.





Analizando mis memorias, sé que el movimiento del roedor es uno de los factores claves que me hace tenerle miedo. Son pequeños en comparación a un humano y en extremo ágiles, lo que contradice a mi entendimiento. En el caso del ratón, el verlo tan pegado al piso, tan chiquito y tan veloz hace que sienta erizada mi piel, así como con la rata en el ser más tosca, su cola larguísima y “horrible” para mi mente, también sus movimientos tan atrabancados e inesperados. Quizá sea justo eso, no se me hace algo “normal” en un animal pequeño, como si yo por ser más grande debería ser más ágil y sentir el control sobre ellos pero al ver que no es así mi reacción es sentir miedo.

El escuchar la serie de fobias de eqafe (https://eqafe.com/p/introduction-fears-phobias) me hizo recordar cuando mi abuelita me comentó que los que en realidad deben sentir miedo son ellos (los roedores) y yo no. Tiene razón. Quizá antes de Desteni si yo hubiera estado sola, encerrada y cerca de una rata, la hubiera matado por el miedo que me causan sus movimientos al saber que son ágiles y el después darme cuenta que yo soy más grande y que yo “tengo el poder”, hubiera podido ser una de las razones (aunque no solía ser tampoco, dentro de mi personalidad, alguien que matara siquiera literalmente una mosca)… pero la fobia puede ser tan grande que no descarto esa posibilidad aunque no vaya acorde a una personalidad creada anteriormente por mí. Esto lo escribo para analizar el porqué las personas matan a las ratas que podría no ser en absoluto diferente a mi abuso hipotético. Es decir, mi abuso hipotético no es diferente al abuso de los demás que yo juzgo en su acto de matar a esos animales, por lo que me corresponde realizar mi perdón y corregirlo en la aplicación.

Me doy cuenta que aunque no sé el origen completamente, mi fobia puede deberse a varios factores (a parte del ya mencionado de sorpresa al ver a alguien más pequeño que yo tan ágil mientras mi subconsciente piensa que si yo soy más grande, yo debería tener el poder sobre el roedor). Puede ser también por asociar su imagen tan frecuentada en todos lados de suciedad. Mi abuela me acaba de decir después de que yo tomé con las manos un pedazo de pan sin cortarlo con el cuchillo que se “veía horrible” porque quedó como mordido jaja lo que me hizo considerar que eso también puede ser un origen. Los ratones comen y dejan los mismos rastros “horribles” que yo dejé y tenemos esa imagen tan clavada en nosotros de pobreza, de suciedad, de fealdad que me hace tenerle miedo o repulsión a un ratón o a una rata.

Continuaré en el siguiente post con el perdón a mí misma y los compromisos de corrección.

miércoles, 16 de abril de 2014

FOBIA A LOS RATONES (PARTE 1) – DÍA 16.




Hace algún tiempo leía algunos blogs cuando pasó a una distancia muy cerca de mis pies algo rápido moviéndose hacia bajo de la mesa del comedor, que estaba muy cerca de mí también. Lo vi de tono oscuro por lo que deseé que fuera una lagartija en vez de una rata, que son animales a los que les tengo fobia. De cualquier manera, para prevenir mi miedo subí los pies a la silla, cuando de pronto, vi salir del otro lado un pequeño ratón moviéndose rápidamente hacia la cocina.

Como mencioné, leía blogs de Desteni, por lo que estaba concentrada en el presente y proponiéndome nuevas formas de dirección en base a lo que leía, pero en cuanto el ratón pasó por debajo de mí y lo vi tan pequeño y moviéndose tan rápido, el control de mí misma se perdió por completo. Era noche y comencé a gritar a mi familia para que me ayudara a sacarlo o a no tener contacto alguno con el roedor, ellos ya estaban durmiendo y se asustaron por mis gritos, hasta que se dieron cuenta que era un ratón y la única que se quiso quedar a “ayudarme” fue mi abuelita.

La reacción fue mucho más exagerada porque sucedió algo… al haber estado concentrada en algo demasiado importante para mí y pasar tan “vil-MENTE” a perder el control de mí misma, me hizo sentir impotencia con toques de vergüenza que cuando me pasé sobre la mesa más elevada de donde había salido el ratón (que ya estaba en la cocina), se me salieron algunas lágrimas por esa emoción y mi corazón latía bastante fuerte.

Hay una memoria específica que cada que veo a algún ratón hago el vínculo con ella. A mí no me daban miedo los ratones cuando era niña, pero a mi mamá y a mí tía sí… ellas tienen fobia. La memoria es de cuando un día se había metido también un ratón a mi casa, no recuerdo exacto la reacción de mi mamá o si ella estaba ahí, creo que subió las escaleras. Lo que sí recuerdo bastante bien es la reacción de mi tía que salió de la casa hacia donde yo estaba gritando y con bastante miedo. El ratón se acercó a mi tennis que permanecía cerca de la entrada, pues a mí me solía gustar permanecer descalza. Yo me acercaba un poco y le preguntaba cómo es que un ratón le podía dar miedo, le decía que yo no sentía nada y le hacía un poco de burla. La “ayuda” (que casi siempre es matar al ratón sin tener consideración de la vida) tardó en llegar, entonces mi interacción de ver al ratón no me pareció rápida, sino que tuve tiempo de contemplarlo un poco. No recuerdo más, pero tardé muchos años en ver a otro roedor. Fue una rata que estaba en mi patio y mi susto fue tan grande que la que exageró más esa vez fui yo. Mi misma tía también estaba ahí con mi prima pequeña y yo ya era adolescente. Me subí hasta el toldo del carro porque la rata además de grandísima, saltaba bastante alto, lo que me hacía tenerle pánico.

Cuando veo a un roedor ahora vuelvo a esa imagen del ratón en mi zapato y me envidio en ese tiempo que no sentía miedo y me pregunto qué pasó.

Continuaré en el siguiente post.

martes, 15 de abril de 2014

MIEDO A QUE SE CONOZCA MI “INTIMIDAD” – DÍA 15.


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A veces no quiero contar cosas sobre mí a personas con las que convivo por supersticiones de que si lo digo, ya no se hará realidad (viviendo en paranoia como si lo que está en la mente fuera real) o por vergüenza de que se sepan por cuestiones mentales que yo me he ido creando a lo largo de mi vida y que entonces no me permitirían caber dentro de las personalidades que me he impuesto para mí misma basada en todo lo que he pasado.

Me perdono a mí misma por haberme permitido y aceptado ser celosa de mi “intimidad” por las creencias de que si lo cuento ya no se va a cumplir lo que quiero o por vergüenza que me lleva también a no encajar o no ser aceptada dentro de mis personalidades que me construí.

Cuando me vea a mí misma esconderme algo a mí o a las demás personas, me detengo y me estabilizo en lo físico con el respiro.

Me doy cuenta que ser ‘transparente’,  honesta, no tener personalidades y ser una sola persona siempre en y como expresión de la vida misma es la única opción para dirigirme hacia lo que sea mejor para todos y que el guardar/esconder algo que defino como íntimo por superstición, miedo o vergüenza es separación que alimenta al sistema consciente de la mente y que no me permite esa dirección y responsabilidad de mí misma.

Me comprometo a no aferrarme a algo como íntimo y por el contrario perdonarlo, corregir cada caso cuando ésta emoción se presente.

Me comprometo a parar la emoción de miedo, intimidad, vergüenza y/o superstición que sólo está en la mente y no corresponde a la realidad, es decir, a lo físico.

Me comprometa a ser honesta (conmigo y con los demás) y ser responsable.

Me comprometo a ser sólo una persona para todos (incluyéndome a mí misma) en unidad con la vida entera; sin personalidades, sin miedos, sin vergüenza, sin esconderme para dirigirme hacia lo que sea mejor para todos y no en la mente que crea caos en todas sus formas.



lunes, 14 de abril de 2014

PALABRAS “CREÍBLES” (PARTE 2) – DÍA 14.


 
 

Me perdono a mí misma por haberme permitido y aceptado a mí misma creer que debo sentir seguridad y madurez en las palabras de otras personas para aceptarlas o “convencerme” de lo que dicen.

Me perdono a mí misma por haberme permitido y aceptado a mí misma no querer ceder ante los requisitos de las demás personas que prefieren una voz segura, madura y sofisticada para ponerle atención aún cuando yo he solicitado lo mismo en los demás.

Me perdono a mí misma por haberme permitido y aceptado a mí misma sentirme dolida, extraña, algo enojada y buscar otras formas de escudar mi personalidad de “inteligente” cuando mi compañera me comentó que yo no hablaba bien a pesar de lo que leía.

En y cuando me vea a mí misma querer solventar una personalidad de inteligencia o cualquier otra me detengo y me estabilizo en lo físico con el respiro.

En y cuando me vea a mí misma no querer esforzarme para hablar con más “seguridad”, “más madurez”, “más sofisticación y fluidez” me detengo y me estabilizo en lo físico con el respiro.

Me doy cuenta que el hablar de esa manera verosímil puede ser una herramienta más que utilice de apoyo para dar a conocer el mensaje de igualdad.

Me doy cuenta que yo leía para volverme más inteligente (jajajajajajajajaja) y que me dolió el que mi compañera me haya dicho de una forma que no lo era por no “saber hablar”. Me doy cuenta que la inteligencia es sólo una personalidad.

Me perdono a mí misma por haberme permitido y aceptado a mí misma leer para ser “inteligente”, para escudar mis miedos, mi irresponsabilidad, para querer ser “fuerte” ante los demás como un medio para esconderme en una burbuja, para hacerla más resistente y no enfrentarme a mí misma, sin apoyar lo que sea mejor para todos y me perdono por no haberme dado cuenta que debía dejar ese pavor que había tenido a la vida, a la simpleza y a mi dirección.

Me perdono a mí misma por haberme permitido y aceptado a mí misma que como sistema a través de mi educación, haya tenido la CREENCIA de que el leer hace mejor a las personas y más inteligentes como si fuera una forma inminente de estar “bien”, ser “bueno” y “educado” para que los demás sean los que tengan que cambiar cediendo mi responsabilidad.

Me doy cuenta que el hablar de una manera que a los demás les cause un impacto y me vean como “inteligente” es una forma totalmente egocentrista y vanal que no apoya a lo que es mejor para todos pues toda personalidad limita a la vida que soy.

 

Me comprometo conmigo misma a nunca más tener deseos de ser “inteligente” pues esto me limita a encajar en personalidades que no me permiten manifestarme en y como vida real. Me comprometo a parar los deseos de ser inteligente cuando emerjan, a no leer o actuar de cierta forma para encajar en la personalidad de inteligencia o cualquier otra personalidad y en vez de esto afrontarme a mí misma, perdonarme, corregirme, dirigirme y experimentarme como la vida que soy sin más miedos.

Me comprometo conmigo misma a leer lo que sirve para informarme, para conocer, para que sea un apoyo en mi camino hacia lo que es mejor para todos disfrutándolo y sin querer escudar personalidades.

Me comprometo conmigo misma fijarme en las palabras de otras personas por su congruencia y sustancia integrándolas a mi camino sin dejarme llevar sólo por un sentimiento de seguridad, fluidez y/o madurez entre otras.

Me comprometo conmigo misma a no dejar “convencerme” por las demás personas como un sentimiento de necesidad de seguridad siendo así dependiente del sistema de la mente e irresponsable, sino simplemente permanecer en lo físico y agregar en practicidad lo que sirva para mejorar el camino hacia lo que sea mejor para todos.

Me comprometo conmigo misma a concentrarme en el mensaje que quiero dar al  hablar para que fluya más la forma en que lo diga y sea más acertada la comunicación.

Me comprometo conmigo misma a aprender de otras personas que han dado “seguridad” a los demás a través de la forma en la que se expresan e incorporarlo a mi lenguaje como parte de un uso de las herramientas de comunicación, y poder ser de esta manera un apoyo para otros en la realidad.

 

 

 

miércoles, 9 de abril de 2014

PALABRAS “CREÍBLES” (PARTE 1) – DÍA 13.



Desde hace mucho tiempo he notado que el hablar con palabras más sofisticadas, fluido,  con dicción precisa, con madurez y con seguridad en la información atrae a la gente y hace que te vean como “inteligente”.  Recuerdo mucho que en la universidad cuando exponía yo jamás usaba este tipo de tácticas porque no me importaba que mis compañeros y profesores reconocieran que hablara “bien ante un público” pues la personalidad de ser “inteligente” la tenía ganada por calificaciones, debates, etc. Me esmeraba para “perfeccionarme” como estudiante y como persona en la época donde yo creía que los demás tenían que cambiar porque yo estaba “bien”. Sin, embargo aprendí mucho y las bases de las herramientas que me sirven hasta ahora vienen también de mi esfuerzo de esa temporada. Recuerdo las palabras de una compañera: “yo pensé que tú expondrías mejor por lo que lees, pero no expones tan bien” o algo así me quiso decir. Siempre supe que mi prioridad no era “hablar bien” sino dar un mensaje. Me parecía vanal y pretencioso verme “madura” como los adultos que conocía que hablaban “bien” y yo repudiaba como personas, entonces no quería esforzarme para aprender hablar así ni se me hacía necesario. Ahora recuerdo verme y escuchar mi voz en alguna grabación y sé porque la gente puede pensar lo mismo que mi compañera… mi voz se escucha más de niña, lo cual no da la sensación de madurez y seguridad en mis palabras. Al momento que hablaba frente a la cámara, en esa filmación, no me estaba concentrando en la sustancia más que en el diálogo medio aprendido por lo que me equivocaba en lo que decía y me di cuenta que cuando simplemente platicaba de mi experiencia, las palabras fluían. Cuando me vi, no me parecía nada “mal” el mensaje pero para mí no era tan creíble (basada en experiencias propias y que he presenciado en otros) por no haber usado esas palabras sofisticadas, por no haber proyectado esa madurez y tono de voz de adulta que da seguridad a las personas para “convencerlas”. En un sentido general, esto no me ‘preocupa’ (como pasaba antes) por saber lo superficial que puede ser, pero como me dedico a comunicar, no es la realidad la que se debe adaptar a mí, sino yo debo utilizar las herramientas de la realidad (sin dañar a terceros) para crear una mejor a partir de mi cambio que es el que me corresponde. Si la gente actualmente da más peso a la seguridad y madurez que se agregan a las palabras, puedo aprender a hacerlo porque no es algo que afecte a terceros y además puede que llegue a captar la atención de adultos para compartir el mensaje de igualdad que necesito dar y que sea “creíble” para ellos y después se puedan dar cuenta que la creencia o los sentimientos de seguridad sobran cuando cada uno se hace responsable de sí mismo y aleja los miedos. El haber leído un blog de un compañero que hace arte y que la realidad lo ha puesto en una situación de tener que dejar su personalidad atrás porque sabe que sólo es una máscara, para poder vivir de su profesión y vivir dentro del sistema pero no como el sistema, me ha apoyado a tomar esta decisión que es una forma más de expresión donde yo sigo siendo vida sin personalidades, sin definiciones, sin miedo y caminando hacia lo que sea mejor para todos.

 
En el siguiente post continuaré con el perdón a mí misma y la corrección.

lunes, 7 de abril de 2014

DESEOS DE VIAJAR Y DE VIVIR EN OTRO PAÍS – DÍA 12


 
 
DESEOS DE VIAJAR Y DE VIVIR EN OTRO PAÍS – DÍA 12

Cuando veo fotografías de otros países, personas que salen de vacaciones al extranjero, cuando veo que en el cine de México no se divisa mucho futuro en cuanto a rentabilidad y calidad; cuando veo la violencia del país, los sueldos bajos a los que muchos estamos expuestos, cuando estoy cansada de ver todos los días un mismo lugar y cuando tengo ganas de experimentar algo nuevo, “aventuras” o algo “divertido”,  quiero irme de este país. Siento grandes deseos de estar en otro lado que sea bonito, donde hayan oportunidades de trabajo en el cine y un lugar seguro. Muchas de esas veces me llega a la mente una época que me gustó mucho y que se parece a tal descripción porque viví de esa manera; entonces, extraño esa temporada, ese lugar, esas personas y todo lo que viví aunque he aceptado que eso ya no va a regresar. Veo también las posibilidades de ir a otro lugar, pero también me siento desesperanzada, creo que no puede pasar por ahora y pienso también que por mi situación es bastante difícil que alguna vez suceda. Ser extranjera con origen de un lugar tercermundista, no tener mucho dinero y vivir en otro país es un gran inconveniente para lo que me quiero dedicar.

Me perdono a mí misma por haberme permitido y aceptado a mí misma desear estar en otro lugar en el que no tengo la posibilidad de estar creando un deseo meramente mental en el que anhelo sentir felicidad, diversión y aventura.

Cuando me vea a mí misma deseando estar en otro sitio, me detengo y me estabilizo en lo físico con el respiro.

Me doy cuenta que el desear algo que no está dentro de mis posibilidades actuales es separación y que debo hacer algo en lo físico para conseguirlo no como prioridad, pues mi proceso es lo primero y esto conlleva el dirigirme hacia lo que es mejor para todos.

Me comprometo conmigo misma a seguir buscando formas de vivir de hacer cine donde sea que me pueda desarrollar ya sea en el extranjero o en el país donde nací sin crear deseos por experimentar felicidad, diversión y aventura y con esto, me comprometo conmigo misma a tener presente que el tener deseos de felicidad, diversión y aventura en otro lugar es una forma de querer huir de la aceptación de la realidad y de mi responsabilidad.

Me comprometo conmigo misma a parar el deseo de querer huir y aceptar y asumir mi responsabilidad dentro de la realidad presente.

Me comprometo conmigo misma a no volver a buscar llenarme con algo externo donde no hay nada que llenar.

Me comprometo conmigo misma a parar el deseo de estar en otro país, a frenar la emoción de desesperanza, monotonía, victimización, frustración e impotencia y por el contario, trabajar en la realidad para que eso suceda sin que sea mi prioridad sino que se pueda dar como un resultado de mi trabajo diario si es que llega a coincidir, que sí vaya de acuerdo a lo que sea mejor para todos y por consecuencia también para mí.

Me comprometo conmigo misma a aceptar la realidad si no se llega a dar la oportunidad de viajar porque no es algo necesario y el que se consolide o no, no afecta ni ayuda a las demás personas.

Me comprometo conmigo misma a parar las imaginaciones de mí en otro lugar como cuando se dispare cualquier estimulación previa por ejemplo, al saber de otras personas que viajan o al saber de la inseguridad, los sueldos y futuro no prometedor en el país donde nací.

Me comprometo conmigo misma a no volver a decirle a mi familia (o a cualquier otra persona) que me quiero ir del país como una forma de victimización, de enojo, reproche, chantaje-manipulación.

Me comprometo conmigo misma a no extrañar lo que ya sucedió no volviendo a atar ningún sentimiento o emoción de mi viaje pasado que me estimule la mente y los deseos de querer estar en otro lado y me comprometo conmigo misma a su vez a aceptar que ya pasó y agradecer la experiencia.

Me comprometo conmigo misma a estar consciente de lo que tengo en un presente, agradecerlo, sacarle el mayor provecho que pueda tanto a la situación como a las personas, a toda la expresión de vida y disfrutarlo al máximo.

 

miércoles, 2 de abril de 2014

MIEDO A LA VIDA, MIEDO A LA OPORTUNIDAD QUE BUSQUÉ – DÍA 11





En el post pasado (http://ellacaminoalavida.blogspot.mx/2014/03/postergar-lo-que-me-da-miedo-o-es.html) comenté mi miedo al hacer, mi miedo a vivir en practicidad con el presente cuando alguna actividad depende de mi planeación, pero también tengo miedo cuando por fin se abre la puerta de esa oportunidad que estaba buscando.

Cuando surge algún proyecto nuevo en el que me contratan, me da pánico el ser yo la responsable de todo el trabajo y tener que entregar resultados, me da miedo al pensar en ese día agendado e imaginarme haciendo la tarea asignada.

Me perdono a mí misma por haberme permitido y aceptado a mí misma tener pánico creado absolutamente de una manera mental que no corresponde a la realidad física donde hay flexibilidad/oportunidad de cambio, de errores, de aprendizaje.

Cuando me vea a mí misma pensar/proyectarme/imaginarme en una situación del futuro como el pensar en el trabajo en el que me están dando una oportunidad, me detengo y me estabilizo en lo físico con el respiro.

Me doy cuenta que no hay nada que temer, que estoy preparada para hacer el trabajo, que el tiempo que CREO que me quita esa actividad es algo necesario para sobrevivir. Me doy cuenta que debo disfrutar respiro a respiro la simpleza de la vida SIN SENTIRLA como una carga mientras me dirijo siempre en sentido común hacia lo que sea mejor para todos.

Me doy cuenta que el miedo es de las principales cuestiones que no me ha dejado vivir realmente y me ha mantenido en una preocupación, ansiedad y paranoia constante donde no puedo disfrutar de la simpleza de la vida, creándome conflictos en la mente que me entorpecen y/o paralizan a dirigirme con sentido común, sin problemas, sin dificultades y en calma hacia lo que sea mejor para todos.

Me comprometo a dejar de pensar/proyectarme/imaginarme en una situación del futuro como el pensarme en el trabajo en el que me están dando una oportunidad.

Me comprometo a dejar ir ese nudo que siento ya físicamente en el estómago y en el pecho que se manifiesta por un terror de la vida en paranoia.

Me comprometo a liberarme a través del respiro y paro de la mente/ proyecciones /imaginaciones de ese nudo que siento en el pecho por miedo a la “vida” y que en consecuencia también me hará liberarme de lo que veía como necesidad pero que en realidad sólo se alimenta del sistema de la mente.

Me comprometo a no dejar de respirar hasta situarme en lo físico, hasta lograr experimentarme en ese estado de no preocupación/tranquilidad/vida y hasta haber parado el miedo a la “vida” que creo en la mente como una paranoia y me comprometo a no volverlo dejar entrar.

Me comprometo a dejar de crear conflicto donde no lo hay.

Me comprometo a dejar de distraerme en otras actividades vanales que me hacen momentáneamente no sentirme con miedo ni tan vacía, para alargar mi experiencia de comodidad y despreocupación que me evitan así expresarme como la eficiencia y limitándome a un sentimiento de momento y apartándome/evitando la realidad y mi responsabilidad, lo cual no es lo mejor en ninguna manera para todos.

Me comprometo a tener presente que no hay nada que llenar pues la vida misma y todo lo que es en y como ella incluyéndome a mí, no es un recipiente.

Me comprometo a dirigirme haciendo simplemente mi trabajo sin pensar en algo más que sólo es una paranoia inmensa que no me ha dejado vivir.

Me comprometo a aceptar que se necesita dinero para sobrevivir y a tener presente que el buscar y el aplicar una forma de vida que sea mejor para todos es lo que se debe realizar y en donde ya me encuentro caminando.

Me comprometo a vivir en lo físico dentro de su simpleza al realizar cualquier actividad. Me comprometo a tener presente/ vivir/ experimentar/ comprender que NO HAY NADA QUE TEMER y sí muchísimo por enfrentar y asumir de manera completamente tranquila y estable en la realidad para hacerlo de la mejor forma posible, porque de lo contrario sólo creo caos mental y problemas reales. Y me comprometo a alejar/frenar/impedir a la mente.